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Diaconía en el Río de la Plata

La Iglesia Evangélica Valdense en el Río de la Plata (IEVRP) tiene su sello personal en la diaconía. Los valdenses nos sentimos,  por definición diácones. 

Esto se refleja en la estructura mediante la cual la Iglesia administra la diaconía. Existe una Comisión Sinodal de Diaconía (CSD), de siete miembros que designa el Sínodo cada dos años. Su cometido es acompañar una reflexión permanente  que permita enriquecer y resignificar nuestras prácticas diacónicas; acompañar los procesos de todas las obras diacónicas; y motivar a nuevas acciones que permitan a cada comunidad de fe desarrollar esta vocación. Esto nos habla, desde el inicio, de que esta Comisión no detenta autoridad, sino que trabaja a nivel de pares, en colaboración, para que todxs seamos cada vez mejores ministrxs.

La CSD tiene dos funcionarias rentadas, una en Uruguay y otra en Argentina, que son quienes mantienen contacto directo con las obras diacónicas y centros de servicio, acompañan y asesoran. 

Hay cinco Centros de servicio cuyas Comisiones Directivas son nombradas directamente por el sínodo, todos en Uruguay; otros que refieren al nivel presbiterial (el equivalente a Distrito, en Italia), y los trabajos de diaconía de cada comunidad en particular.

Mencionamos aquí algunas de estas obras diacónicas, sin ser esta lista exhaustiva:

Los cinco centros sinodales: 1) Hogar para Ancianos de Colonia Valdense, para unas cien personas; 2) Hogar Sarandí, también en Colonia Valdense – con atención integral para unas 35 personas discapacitadas psico-físicas; 3) Hogar Nimmo, en la ciudad de Colonia- para niñxs y adolescentes en situación de vulnerabilidad; 4) Centro de Servicio Social El Pastoreo, para atención a la infancia y promoción de la vida buena en un barrio de la ciudad de Rosario; 5) Parque 17 de Febrero, en Playa Fomento, cercano a Colonia Valdense, centro de campamentos, capacitación y evangelización. Los miembros de las comisiones administradoras de estos centros provienen de las comunidades del sur del Uruguay, en especial de Colonia.

Centros presbiteriales (de Distrito). Mencionamos algunos: en Montevideo el Hogar de Paso (alojamiento transitorio para personas que deban permanecer en la ciudad por motivos de salud, especialmente), y un Hogar Estudiantil; en Argentina: en Jacinto Aráuz (Prov. De la Pampa) un Hogar para Ancianos con capacidad para 35 residentes; en Buenos Aires (en conjunto con la Iglesia Reformada Argentina)  un Hogar Estudiantil; en Santa Fe, la comunidad de Barrio Nuevo-Reconquista, con una impronta diaconal comunitaria como eje de su vida de fe y su organización; en Colonia Belgrano (Santa Fe), el Hogar para Ancianos “el Parque”; en la Prov. de Entre Ríos, el Proyecto Familias Campesinas, que reúne a mujeres de distintas zonas rurales que comparten sus saberes y conocimientos en distintas áreas.

Las comunidades, por su parte, realizan sus tareas diacónicas propias, cada una con su impronta especial. En el Norte Uruguayo hay dos grupos de enseñanza de tejido y costura; un Centro cultural  con un amplio abanico de opciones para una pequeña localidad de 2000 habitantes; un proyecto de música para adolescentes y jóvenes a quienes se enseña teclado, guitarra y canto. En Argentina se pueden mencionar el grupo de mujeres de la comunidad de Artalejos-Laprida (provincia de Buenos Aires); el apoyo escolar para niñxs en San Carlos (Santa Fe); en Buenos Aires, junto a la Iglesia Metodista del barrio de Flores, el espacio de EducArte para niñxs y adolescentes.

Además del 17 de Febrero, la Iglesia gestiona cuatro parques de campamentos: Bellaco, Conchillas y Palmares de La Coronilla en Uruguay, y Parque El Triángulo en Argentina; entre los cinco cubren casi todas las zonas en las que hay comunidades valdenses, lo que evidencia la importancia que damos a este tipo de actividad.

Las Ligas Femeninas, presentes en casi todas las comunidades, se especializan en su costurero y venta de ropa económica, además de la visitación a enfermxs y ancianxs. También son las Ligas Femeninas las que sostienen el Fondo Luisa Rostán, para enfermxs de cáncer, que brinda no sólo sostén económico sino compañía y contención a enfermxs y sus familias.

Damos gracias a Dios por la diversidad de personas y dones para llevar adelante la labor diaconal en nuestra Iglesia; es una alegría y un desafío continuar dando testimonios de esperanza, de vida plena y digna para todas las personas en cada lugar donde nos encontramos.

Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer.  No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto. (Romanos 12: 1-2)

* Asesoras de Diaconía para los Centros y Obras de Servicio en Argentina y Uruguay respectivamente